domingo, 27 de mayo de 2012

Diario de un viaje - Lanzarote

  En esta entrada os cuento la historia de un viaje que realicé con compañeros de carrera a Lanzarote (Las Palmas de Gran Canaria), en 2011. Un lugar realmente precioso y lleno de cosas que sorprenderían a cualquiera.










  El jueves que salimos del aeropuerto estábamos bastante inquietos, no parábamos de repetirnos qué cosas viviríamos durante la semana de vacaciones en dicha isla. No me imaginaba la de cosas que llegué a ver.


  Las dos horas en el avión parecían interminables, y eso que no era tanto! pero las ganas de llegar cada vez eran más. Cuando aterrizamos nos estaban esperando para llevarnos al hotel, ya que para el viaje habíamos contratado una agencia. Una vez en el hotel, lo primero que hicimos fue recorrerlo con la mirada y ver todos los servicios que nos prestaba: piscina, actuaciones, mini bar... todo perfecto.



  Nada más llegar, nos informaron que aún se estaban celebrando los carnavales en el pueblo (estábamos a principios de abril), ya que los carnavales de las Islas Canarias son de los más largos de España, y ese día finalizaban en esta zona. Así, decidimos acercarnos a las fiestas del pueblo y disfrutar del espectáculo, nos reímos, bailamos, y en general, nos lo pasamos muy bien.



  
  En días posteriores, contratamos unas excursiones a la zona más verde de la isla y también a la zona volcánica (en la que aún existe actividad), cada una un día diferente. Todo nos costó 70€ por persona. 


  Así, recorrimos el parque nacional del Timanfaya, que destaca por ser de origen volcánico, al igual que toda la isla, y donde pudimos observar zonas extensas de volcanes, mientras el guía nos iba explicando cómo se había formado la zona, después de la erupción del Timanfaya en 1730, que transformó la superficie de Lanzarote. También supimos que esta erupción provocó hambrunas e hizo emigrar a parte de la población de la isla. Si viajáis a este parque nacional, podréis observar un curioso horno que asa con el calor propio del volcan, incluso podréis ver cómo se van dorando los alimentos que se ponen en él. En ese mismo lugar, también comprobaréis como el calor hace que se queme un matojo al arrojarlo a una zona más profunda, o como "erupciona" el vapor de agua al tirarlo al interior de la Tierra. 

   
  Este día, también realizamos un viaje en camellos, muy tambaleante y divertido! La sensación que tuve cuando se elevó el animal fue un tanto vertiginosa jeje, pero una vez que estás arriba es fácil acostumbrarse.


  Por otro lado, también visitamos los "Jameos del Agua" y "La cueva de los verdes", situados en la zona norte de la isla. Ambos sitios se localizan en el interior del tubo producido por el Volcán de la Corona. 


  Se llama así a los Jameos del agua porque está formado por al menos tres jameos o aberturas en el terreno: el Jameo Chico, por donde se realiza el acceso al interior; el Jameo Grande, y un tercero llamado Jameo de la Cazuela. Además, la zona fue rediseñada por el artista César Manrique, muy famoso en Lanzarote por todas las obras que hizo por el lugar, ya que tenía un fuerte apego hacia su comunidad y hacia su tierra.




   Este lugar, goza de una belleza impresionante, rodeado de verde, te vas sumergiendo en una cueva que cuenta con una especie de lago interno, donde habita una especie de cangrejo ciego, única y endémica de la isla. 






  La Cueva de los Verdes, es otra parte del tubo volcánico muy curiosa. Sus características hacen que allí resida el secreto de Lanzarote, que, como es un secreto, no os lo voy a contar! Prefiero que, si visitais algún día la isla, podáis verlo por vosotros mismos y sorprenderos como yo lo hice. Dentro de la cueva, también podemos ver una especie de auditorio, donde ya actuaron famosos, y que, al estar rodeado de piedra volcánica, porosa, hace que la calidad del sonido sea magnífica. 


















  Otro de los lugares que pudimos conocer fue el Mirador del Río, situado también al norte de Lanzarote, con unas vistas hermosas hacia la isla de la Graciosa. 




  Otra parada obligada es el Lago Verde, una simbiosis entre el mar y el volcán. Este está formado por un antiguo cráter de volcán donde se coló el agua del mar y que obtiene este color debido a las algas que habitan en el agua. Además, la zona del Lago Verde está llena de olivina, un mineral también de color verdoso. 




  A parte de los hermosos sitios que nos mostraron los guías turísticos, unas amigas y yo pudimos observar otros muchos de la isla gracias a que conocimos a un buen chico, propietario de una escuela de buceo, con el que entablamos amistad y nos enseñó más cosas de Lanzarote, algo que agradezco ya que, sin su ayuda, no podríamos haber conocido rincones de esta isla como los que vimos. A parte de recorrer las calles de Puerto del Carmen, tanto de compras como de "marcha" nocturna, nos llevó a dos lugares que quiero destacar en esta entrada, una bar "chill out" y un pub inserto en una montaña!! Precioso, sin duda.


  La Cueva Lagomar es parte de una montaña convertido en un pub. Este local metamorfizado con la naturaleza, hace que tomar algo allí sea más que una conversación con amigos, sea, además, una vista espectacular de la noche, desde el interior de la cueva. Además, dentro del local, existen pequeñas piscinas y callejuelas que dan a este negocio un ambiente más mágico todavía.  Dicen que las imagenes valen más que mil palabras, pero en este caso creo que ni las fotos son suficientes para demostrar el encanto del lugar.









  En cuanto al bar chill out, si o digo la verdad, no recuerdo como se llama, pero si se que estaba situado en la zona de playa blanca, y es un sitio genial para relajarse y disfrutar de las copas en buena compañía, a la vez que se escucha el murullo del mar y la brisa templada acaricia la cara. Al igual que la Cueva Lagomar, es un sitio muy recomendable para visitar.


  Podría contar mucho más de esta aventura, mencionaros la calma y tranquilidad de las playas de esta isla o la marcha noctura de lugares como Puerto del Carmen, o seduciros con infinidad de actividades como, por ejemplo, un bautizo en buceo, porque, como véis, aunque solo fue una semana, fue intensa y divertida y todo ello gracias a la buena compañía de mis amigas y a aquel chico tan majo que hizo posible que descubriéramos todo el encanto de Lanzarote. Sin embargo, por hoy creo que es suficiente, pero sabed que sin duda es un viaje que volvería a repetir y que os recomiendo a tod@s aquell@s que podáis hacerlo, ¡no os arrepentiréis!

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